viernes, 27 de julio de 2007

NO MAS VIVISECCION




Menos del 2% (1,16%) de las enfermedades humanas se han presentado en los animales no humanos. En otras palabras, más del 98% de las enfermedades humanas nunca se han manifestado en los animales. A pesar de este abrumador hecho, la experimentación en animales o vivisección continúa existiendo. Y debido a su desarrollo y mantención, cada segundo 33 animales mueren dentro de algún laboratorio en el mundo, en facultades universitarias de medicina, biología y veterinaria; en laboratorios contratados por empresas productoras de cosméticos, artículos de aseo personal y para el hogar, de comida humana y alimento para mascotas y en dependencias químico farmacéuticas y militares. A esto se suma los cientos de muertes y miles de daños a seres humanos que se ven afectados por los efectos adversos o secundarios de las sustancias testeadas como seguras en animales.

Por sus efectos y consecuencias, la experimentación en animales debe establecerse dentro de un marco amplio de discusión, no sólo involucrando a científicos y profesionales de la medicina, que en muchos casos se creen como únicos participantes y poseedores de la verdad, si no que también integrando de manera seria a medios de comunicación, la opinión pública, profesionales de diversas áreas, incluídos defensores de los derechos animales.

Frente a la opinión de este último grupo, basados en argumentos científicos y éticos, la experimentación en animales es inaplicable, innecesaria e inmoral.


Es inaplicable debido a las determinantes diferencias bioquímicas, anatómicas y fisiológicas que existen entre individuos de especies diferentes, entre humanos y animales no humanos. Sólo basta comprender las notables divergencias entre individuos de la misma especie, por ejemplo entre un adulto y un niño o entre un hombre y una mujer, para darnos cuenta de lo impreciso, defectuoso y peligroso que es extrapolar resultados obtenidos en testeos en animales a la medicina humana.

Es innecesaria dada la existencia de metodologías no animales alternativas como la investigación In Vitro en tejidos (investigación en tubos de ensayos), las investigaciones epidemiológicas (estudio de las poblaciones humanas), los cultivos de bacterias, virus y hongos, la autopsia en humanos y la utilización de cadáveres, la investigación genética, la investigación clínica y los modelos matemáticos y computacionales. Todo lo anterior, junto a los avances en tecnología, son los únicos responsables por el estándar elevado en el cuidado de los pacientes y del verdadero progreso en la medicina. Por otra parte, las mismas metodologías de reemplazo hacen de los experimentos en animales actualmente utilizados en la medicina veterinaria, innecesarios y, su constante repetición, injustificable.

Finalmente, es inmoral debido a su responsabilidad en la cruel tortura y muerte de millones de animales, seres vivos capaces de sentir dolor y placer, inteligentes y conscientes y con una vida emocional compleja, los cuales son criados para morir o bien son raptados desde sus habitats naturales. A eso se suma, la pérdida irrecuperable de tiempo y dinero, que evidentemente podría ser utilizado en métodos de investigación veraces.

Esto no debe continuar. La experimentación en animales debe terminar. En todo el mundo y en Chile, país en el cual se mantienen a más de 100 primates en la Universidad Católica, donde se testean cosméticos y artículos de limpieza con conejos y ratones en el ISP, donde se experimenta con pollos, ratas, perros y gatos en las facultades de veterinaria de la Universidad de Chile y tantas otras Universidades, donde se practica la vivisección sin ningún tipo de control en laboratorios privados. No hay justificación, más allá de la presión económica que ejerce la vivisección, para que se siga apoyando este tipo de investigación científica arcaica

No hay comentarios: